martes, 24 de febrero de 2009

cartas 189 - ¿Qué es el Amor?- contesta un maestro de sabiduria lo siguiente:

Desde muy niño me lo he preguntado y sigo sin hallar una respuesta. Finalmente, he llegado a explicármelo como la búsqueda tenaz de sí mismo, hasta llegar a ser todo lo posible, llegar a ser UNO con el Universo, sin excluir al bien y al mal, dándole a cada uno su lugar, puesto que todo es relativo y existe cada uno por su contrario. A este espejismo de la Realidad, que me permite ver y presentir en cada vivencia algo más adelantado de mí mismo, lo llamo Amor.

En todo es igual. La fuente de la Vida es el Sol y la Vida lo busca en cada instante para saber algo más de sí mismo y luego asimilarlo en la obscuridad hasta que el propio Sol la lleva a estar abierto a nuevas posibilidades, dentro del día y de la noche. En todo participa el Amor por contraste y comparación, para descubrir algo más de sí mismo. En todo hay un asomo del Amor. En uno de los Pueblos Mágicos que están cerca de Xalapa, la Capital del Estado de Veracruz, en la capilla de uno de sus templos dedicado a Santa María Magdalena, hay una estatua de María Magdalena recostada al pié del Cristo Crucificado luciendo sus joyas que los lugareños le cambian cada año, por puro Amor al Hijo de Dios.

La noción de ser es demasiado corta para saber todas sus posibilidades, eso lleva al hombre y a la mujer a buscar su trascendencia a través de los hijos, y se buscan, de acuerdo con las reglas de su juego cultural, para perpetuarse en ellos. Especialmente la Mujer que es capaz de atraer lo Sagrado y convertir el Verbo en Carne, a través de su propio cuerpo, según sus creencias y, en realidad, por necesidad. Una mujer sin hijos, finalmente, se siente fuera de la Realidad. Luego vienen las tradiciones culturales que siguen preparando a los hijos para cumplir lo mismo.

Entretanto, ¿qué hacen los hijos? Fusiles y muñecas, según un Poema muy conocido de Juan de Dios Peza. Ellas se preparan para ser atractivas. Ellos para luchar, para sobreponerse a lo que les impida avanzar y ellas para amar a sus hijos. Así se mantienen las tradiciones culturales y el diario vivir y convivir, todo en nombre del Amor de padres a madres, de hijos a los padres, la familia y la sociedad. Con todas las atracciones y recelos del odio.

Naturalmente hay gente que trata por su cuenta y riesgo de escapar a esta rutina y si tiene agallas suficientes, eventualmente logra triunfar para confrontarse con lo mismo, en niveles más elevados, sea por el Poder o por las circunstancias que les ofrecen algunas creencias metodizadas en nombre del amor. Cuando un Místico pregona… Siempre que haya un hueco en tu vida, llénalo de amor… Esta diciendo lo mismo. O cuando una Madre su pone a chupar la sangre de un enfermo de lepra, lo hace en nombre del Amor, está cumpliendo con lo mismo, en un nivel que pretende ser superior. En todo está presente el Amor ¿Por qué?

¿Y en la Iniciación Real y Sagrada dónde está el Amor? En todo, para comenzar y para terminar. Cuando un Hombre o una Mujer, después de cumplir con todo lo que tiene que cumplirse en la Vida, algo les queda por hacer y todo es en nombre del Amor. Cuando un Hombre – por lo regular es más fácil – se lanza, una vez cumplidos todos los requisitos que la sociedad impone, a la búsqueda de sí mismo ¿Por qué lo hace? ¿Por la simple necesidad de aventura?, está condenado al fracaso. Siempre encontrará dificultades que le adjudicará a los malos sentimientos de otros, o de otras. Tiene que Amar… a sí mismo, claro con ayuda de alguna revelación o alguna señal, que a fin de cuentas señalan lo mismo: ¿Qué me falta por hacer? La respuesta, de un modo o de otro es fácil: Encontrarme a mí mismo.

Para eso necesito estar bien de salud, y ya consciente, averiguar que le falta a mi consciencia. Saber, desde luego Saber. ¿Quién lo sabe? Un Maestro ¿cualquiera? No, un Maestro que se haya encontrado con algo parecido a lo mío. ¿Dónde está? Ese donde está es de lo más improbable. Pero hay que probar, a nivel no muy alto por cierto. Algo que tengamos a la mano, o por lo menos cerca. Yo duré quince años buscando un Maestro de Yoga. Al fin lo conocí una tarde y me dijo:

¿Para que quiere usted practicar Yoga?
Ya que usted me lo pregunta, le diré que para ver si puedo ponerme de acuerdo conmigo, y así ponerme de acuerdo con los demás

Esperancita, inscriba al señor.

Después, de unos tres meses de práctica conocí a un verdadero Maestro que no era de Yoga sino de muchas otras cosas y no pregunté nada. Me puse a trabajar. Sobre la marcha descubrí a sus enemigos y los hice míos, para comenzar. Después descubrí que tenían muchos motivos similares a los míos, pero que estaban echándole a otro la culpa, porque creían que sólo se trataba de encontrar a quien echarle la culpa, y al que verdaderamente estaban buscando, les quedaba muy por encima de sus posibilidades.

Naturalmente, me los eché de enemigos porque estaba más a su nivel. Pero eso ya es harina de otro costal, sobre lo cual he escrito unas mil notas y no voy a quitármelos de encima, hasta después de muerto.

Bueno, fue por puro Amor, de discípulo al Maestro. Y tuvo sus recompensas, desde luego: más trabajo sobre mí mismo, para comenzar. Después a trabajar sobre los demás, hasta que le encontré sentido a todo los demás. ¿Y lo demás que fue?: La enorme ignorancia que cargamos entre todos y nos culpamos entre todos de ser menos ignorantes que los demás, y nos dedicamos a hurgar entre las estrellas, en nombre de la Astrología, y buscar argumentos para demostrarles que somos mejores, o elegidos, entre los demás. Casi en un concurso de mentiras que le pasan las facturas a otros, sí, pero en todo caso con mucho Amor.

La conclusión que saqué de todo esto es delinear un Camino, o Sendero de la Consciencia cómo única forma de avanzar, lo cual no es mío sino del Maestre de mi Maestro. Se los propongo en todo lo que hago o escribo y no es suficiente, alguien debe de tener la culpa de lo que los otros olvidaron hacer. En este camino que les propongo hay que hacer conciencia de cada una de las cosas que deseamos hacer. Es sencillo, en realidad, pero la realidad no es más que un espejo de la Verdad que todos queremos alcanzar.

Bueno para comenzar, quiero decirles que no basta el Amor con el que lo hacemos, tenemos que Saber hasta donde sí y hasta donde no. Eso se ve sobre la marcha porque lo que es sí para algunos es no para otros. Total es puro Amor.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

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